Creación de empleo en Chile: crecimiento se concentra en puestos con subempleo
- osvaldo badenier
- 10 mar
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Un informe del OCEC-UDP revela que de los 120.685 empleos generados entre noviembre 2024 y enero 2025, la totalidad corresponde a modalidades de subempleo, mientras que los puestos de trabajo sin esta condición disminuyeron en 4.796.

El Instituto Nacional de Estadísticas (INE), a través de la última Encuesta Nacional de Empleo (ENE), informó que en el trimestre noviembre 2024-enero 2025 se generaron 120.685 nuevos empleos. Aunque esta cifra representa un aumento respecto al trimestre anterior, cuando se sumaron 82.924 puestos de trabajo, sigue siendo significativamente inferior al mismo período del año pasado, cuando se crearon 264.881 empleos.
Un aspecto positivo es la reducción del empleo informal. En noviembre 2023-enero 2024, el crecimiento del empleo estuvo impulsado en gran parte por ocupaciones informales, con cerca de 100.000 nuevos puestos bajo esta categoría. En cambio, en el último período, todas las nuevas ocupaciones fueron formales, ya que se eliminaron 87.553 empleos informales. Este cambio evidencia una mayor formalización del mercado laboral, aunque con un ritmo de crecimiento más moderado.
La otra cara del empleo: el subempleo
Un informe del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC-UDP) advierte que si bien el empleo creado es formal, la precarización persiste a través del subempleo. “Si el análisis se centra solo en la formalización, la composición del empleo parece no ser precaria. Sin embargo, el subempleo presenta una realidad distinta”, señala el estudio.
El subempleo se define como la subutilización de la fuerza laboral e incluye dos tipos:
Subempleo por insuficiencia de horas: trabajadores que desean y pueden trabajar más horas, pero no encuentran una oferta laboral que se los permita.
Subempleo por calificaciones: personas con formación superior que ocupan puestos de menor calificación a la que poseen.
El informe detalla que de los 120.685 empleos creados en el último año, 125.481 corresponden a alguna modalidad de subempleo, mientras que los ocupados no subempleados disminuyeron en 4.796. En otras palabras, la totalidad del empleo generado en el último año corresponde a trabajos donde los trabajadores no pueden desarrollar plenamente sus capacidades.
Subempleo por calificaciones: una barrera para el desarrollo
El subempleo por calificaciones ha sido el principal factor de precarización laboral. Según el informe, entre noviembre 2023-enero 2024 y noviembre 2024-enero 2025 se crearon 202.423 empleos para personas con educación superior completa, pero el 47,8% de estos trabajadores terminó desempeñándose en cargos de calificación media o baja.
Además, los profesionales en situación de subempleo por calificaciones perciben un 31,3% menos de ingresos en comparación con quienes tienen un empleo acorde a su formación, según datos de la Encuesta Suplementaria de Ingresos 2023 del INE.
El informe revela que el aumento del subempleo por calificaciones es más alto entre los hombres (12,9%), mientras que entre las mujeres creció un 4,8%. Asimismo, los trabajadores chilenos enfrentan un aumento del subempleo del 10,7% anual, mientras que entre los extranjeros la cifra es del 3,8%.
Desde OCEC-UDP advierten que esta situación responde a un problema estructural: el desajuste entre la oferta educativa y las necesidades del mercado laboral, lo que repercute en la calidad del empleo y el crecimiento económico.
Subempleo por insuficiencia de horas
Por otro lado, el informe señala que 7.097 trabajadores en el trimestre noviembre-enero 2025 se desempeñaron con menos horas de las que estaban disponibles para trabajar, lo que también contribuye a la precarización del mercado laboral.
Un desafío para las políticas públicas
El panorama laboral en Chile refleja una paradoja: aunque el empleo formal crece, la precarización persiste a través del subempleo. La formalización del mercado laboral es un avance, pero si no se generan oportunidades acordes a las capacidades y expectativas de los trabajadores, el impacto en el bienestar social y económico del país seguirá siendo limitado.
Frente a este escenario, se requiere una estrategia integral que ajuste la oferta educativa a la demanda del mercado laboral, promueva el desarrollo de nuevas industrias y fomente la generación de empleo de calidad. La creación de trabajo no solo debe medirse en cantidad, sino también en su capacidad de mejorar la calidad de vida de los trabajadores y fortalecer el crecimiento económico sostenible.
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